sábado, 13 de febrero de 2016

EL HUMOR ECUATORIANO

                                                                     Foto: Viñeta de El Roto


Si valoramos lo que hemos heredado de manera gratuita del esfuerzo de otras mujeres que lucharon antes, sin duda es moralmente ético levantarnos y decir: Sí, soy feminista. Annie Lenox


Hace muchos años en Ecuador se emitía un programa radial que tuvo mucho éxito. Se llamaba “La Hora Sabrosa” y se trataba de un concurso de humor donde los participantes que previamente se habían puesto un mote o un apodo gracioso, debían contar un “cacho” o lo que se llama aquí un “monólogo” que provocaba las carcajadas de los radioyentes y que precisamente el que más risas provocaba, era el ganador. Recuerdo que un participante provocó casi 30 minutos de risa ininterrumpida. Sin duda era un genio para contar chistes. Nunca se supo quién era.

Lamentablemente el programa desapareció -no sé por qué- y desde allí hasta la fecha que yo sepa, no ha vuelto a aparecer un programa parecido ni radial ni televisivamente, que provoque el surgimiento de nuevos cómicos aparte de los queridos Michelena o Mosquito o programas de humor de calidad, ya que lo que se ve actualmente es todo menos aquello.

Sin duda, los tiempos han cambiado y la sociedad ha ido evolucionando y el humor no podía quedarse al margen. Ahora, que todo es “políticamente correcto” y en parte, se agradece que así sea, puesto que ya no se puede considerar humor por ejemplo la violencia hacia la mujer, la opción sexual de las personas, el racismo, la violencia física, la calumnia o el atentado al honor de las personas. Por ello, admiro a aquellos que tienen la capacidad de provocar risas sin recurrir a estos tópicos, lo que se conoce como el “chiste fácil” que no requiere pensar, ni prepararse adecuadamente.

Existe actualmente un programa de humor político en la cadena Sexta de la televisión española que se llama “El Intermedio” y se mantiene al aire ya varios años, llevándose incluso varios premios que no es de extrañar, ya que por lo que he podido conocer, trabajan alrededor de 30 personas que logran hacer reír a la audiencia durante una hora y de lunes a jueves, lo que sin duda demuestra que un buen trabajo -como en todo en la vida-, requiere del esfuerzo, de la preparación y de la planificación de varias personas para de esta manera también, conseguir el respeto de su público y el saber ganarse limpiamente su ingresos económicos, en un medio con reglas claras y por lo mismo, tan competitivo.

De allí que más que tristeza, me provoque molestia que en Ecuador y en pleno siglo XXI, se siga considerando humor aquello que denigre a los demás reflejando además de esta manera, complejos de una sociedad que aún no entiende el sentido de ser ciudadano o ser comunidad. Basta ver la forma en que se tratan unos contra otros cuando se habla de política por ejemplo, para darse cuenta que existe aún un complejo de superioridad social y económica, arrastradas desde tiempos incásicos y agravadas durante la colonia y la etapa republicana.

Ni que decir de ciertos programas de televisión, donde se insisten en tópicos como la infidelidad como parte de la violencia doméstica o del maltrato al homosexual para revindicar un todavía tolerado machismo. Será como dijo Freud que el chiste es el medio a través del cual pueden expresarse impulsos inconscientes de tipo sexual y agresivo….

Pero estudiosos como Rod Martin sostienen que las teorías de superiodad/denigración sirven para explicar un tipo de humor, pero no el sentido del humor.

Por ello, creo que los medios de comunicación han fallado en este tema, ya que persisten en trasmitir esa idea con enlatados como el Chavo del 8 o los Tres Chiflados que si bien es cierto, fueron geniales para su época ya no lo son para los tiempos actuales, además que en el primer caso son chistes facilistas o simplemente copiados de películas de Peter Sellers o de Chaplin por ejemplo. Si se insiste en trasmitir estos programas, sería bueno un debate previo sobre cómo se entendía antes el humor, de tal manera que lo que siguen viendo los niños no sea considerado normal como los golpes, los chirlazos, la pobreza como algo insalvable, el emprendimiento como un fracaso, etc., etc.

Creo que el humor debería servir para la reflexión y tendría que trasmitir mensajes constructivos ahora mismo que el Ecuador está sufriendo importantes cambios. Demostrar que se tiene sentido del humor es mucho más complicado que generar simple humor, ya que se trata de captar y resolver de ideas ambiguas, inciertas, paradojas y esto debería ser el reto de cualquier ecuatoriano que quiere dedicarse a ello para salir de la mediocridad de siempre.

Ya es hora además que la ciudadanía ponga límites a esos tipos de humor que se basan en las desventajas de los demás, porque los ecuatorianos no somos idiotas y nos merecemos algo más que el chiste fácil. Nos merecemos sorpresa, ingenio y calidad.

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